
Un intento acertado fue cuando hace unos meses me puse a prueba. Creía que mi mente ya no recordaba cómo encajar objetos o mis manos ya no sabían cómo era la textura del carboncillo, pero digo intento acertado, ya que mi incorporación a las clases de pintura ha dado como resultado estos primeros dibujos.
Y es que he comprendido que mis clases de dibujo del Bachiller de Artes y, posteriormente, en la Escuela de Arte y Diseño de Alicante, me sirvieron de mucho.
Ahora sé, que muchos de nuestros conocimientos, en mi caso artísticos, viven adormecidos hasta que un día decides despertarlos de su letargo.